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miércoles, 19 de agosto de 2015

¿Quieren matar la ilusión de los dominicanos?

“Una mentira repetida mil veces termina siendo verdad… Miente, miente, que al final algo quedará... ...cuanto más grande sea una mentira, más gente lo creerá..." Joseph Goebbels, ministro de Propaganda nazi. Cualquier parecido con el portavoz del gobierno dominicano es pura coincidencia.

Desde muy joven he estado participando en política, todo inició en el 1996, cuando un joven dominicano, de nombre Leonel Fernández Reina, se adueñó del corazón de la juventud dominicana.

Desde el 1996 hasta el 2013, yo, y esa generación que entró a la política inspirados por lo que representaba y hacía el doctor Leonel Fernández Reina, entendíamos que el PLD era el partido que debía impulsar el cambio, y claro, nosotros estábamos convencidos de que lo estaba haciendo.

Lamentablemente, para nosotros, los de la generación que pensó que el PLD representaba el cambio, hemos ido perdiendo la ilusión de que esta gestión gubernamental que encabeza nuestro partido, represente el verdadero cambio que la República Dominicana amerita. 

Porque entendemos, que en la actual situación que vive la República Dominicana, el gobierno, ha manejado de forma inadecuada los temas más importantes de la agenda nacional.

 “Pero es mejor ser dicho que buenmozo” dice el refrán, y lo confirmamos cuando observamos que las actuales autoridades gozan de una altísima popularidad, habiendose beneficiado de que su periodo constitucional ha coincidido con una serie de acontecimientos que le han permitido trabajar libremente y sin oposición, haciendo posible que las autoridades tomen decisiones y nadie la cuestione. 

Por ejemplo:
Los primeros años de gobierno no hubo oposición organizada, lo que trajo como consecuencia que, tampoco haya una estructura económica que esté dispuesta a financiar a la casi inexistente oposición dominicana. Además, le agrego, que las  negociaciones en que incurrió el PLD para lograr pasar la reforma constitucional, dejó a la oposición dominicana casi sin financiamiento estatal, logrando el PLD y aliados, controlar casi el 98% de los recursos que otorga la ley electoral No. 275-97 a los partidos políticos reconocidos, pero además, el PLD y aliados, disfrutan de los mejores espacios de la conformación de la boleta electoral. Esto favorece desproporcionadamente al PLD y al gobierno.

Indudablemente que eso ha provocado que el PLD y su candidato presidencial, se perfile como el indiscutible ganador de las elecciones venidera “si fueran hoy las elecciones”, eso ha aumentando las expresiones favorables a las políticas que ha tomado el gobierno, y es que como todos sabemos, en RD, la gente está muy atenta a ver quien va a repartir "los sobresitos y las funditas". Solo un reducido grupo de dominicanos ha tenido la osadía de reclamar o expresar desacuerdo con el manejo que le viene dando el gobierno al país.

Y como respuesta a ese grupo, lamentablemente,  el cambio que han iniciado, favorece enormemente a una población vecina que reniega a agradecer todo lo que hemos hecho por ellos, y que además, gastan todos sus recursos en dañar la imagen del dominicano. Eso ha sido impulsado por el entorno que rodea al gobierno, y al echar un vistazo a los asesores y amigos del presidente, entendemos el porqué de estas acciones.

También nos han matado la ilusión, cuando  nos damos cuenta, que piensan diferente, actúa diferente y son indiferentes ante los deseos del pueblo dominicano de tener un país mas justo, libre e independiente.

Nos quieren matar la ilusión, cuando confirmamos que son: Pro haitiano, Pro aborto, anti patria, anti Bosch - promueven las figuras que difamaron y calumniaron al maestro y guía, profesor Juan Bosch; están a favor del empresariado en detrimento del trabajador; se oponen a las políticas ambientales que amplíen las aéreas protegidas, como por ejemplo: la posición que asumió el gobierno cuando el Congreso Nacional aprobó la ley que convirtió a Loma Miranda en Parque Nacional; también, la decisión que tomó el gobierno con el sur y el caso de Bahía de las Águilas; entre otros.

Nos quieren matar la ilusión, desde el mismo momento que el partido negoció la reforma a la Constitución, entregando la mayoría de puestos electivos a la comisión que negocia con las fuerzas aliadas, para que esta, disponga de esos puestos electivos y lo utilice como pago para lograr los acuerdo. Impidiendo esto, que en el país haya una renovación del liderazgo político, al mismo tiempo, impidió que las fuerzas interna, puedan medir el nivel de liderazgo que poseen a lo interno.

Al final, entendemos que nos quieren matar la ilusión, pero nadie le responde, porque han tenido suerte de no tener oposición que lo enfrente. Y además, se han encontrado con una generación que no le importa y aparenta no saber, que vamos por un camino equivocado. Y es que, las actuales autoridades deben cambiar de rumbo y entrar en sintonía, tomando las medidas que favorezcan al pueblo dominicano. Y nunca, ¡nunca! Tomar decisiones que beneficien a otro país.

Por: Sue Grullón Batista
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jueves, 6 de agosto de 2015

Solo la soberanía popular salva a RD


Cuando digo que solo la soberanía popular salva a República Dominicana lo digo por esto: el 30 de julio de 2015, igual que en los últimos años, el tema que acapara la opinión pública nacional tiene que ver con el problema que genera la desproporcionada inmigración ilegal de haitianos hacia la República Dominicana.

 Ayer, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, presentó el informe que elaboró la misión técnica de observación que visitó a la República Dominicana y a Haití, a solicitud del gobierno dominicano, con el objetivo que revisen las “repatriaciones de haitianos”, a raíz de una serie de denuncias y acusaciones que hizo el gobierno haitiano contra la RD. A eso se agrega, el abrupto retiro del embajador haitiano en la República Dominicana, Daniel Supplice, este fue retirado porque el gobierno haitiano entendió que él ya no respondía a los intereses de su país, Haití…

El informe que presentó la OEA, pareció ser parte de una negociación, donde la OEA se comprometió a presentar un informe Light –y así lo hizo-, a cambio de que el gobierno dominicano extendiera las repatriaciones de ilegales haitianos, además debe nacionalizar a todos los nacidos en la República Dominicana sin importar el estatus migratorio de sus padres, sin importar que viole la Constitución, las leyes y la separación de poderes, y por último, desconocer la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional en franca violación a la separación de poderes.

En una actitud "patriótica" el gobierno dominicano respondió  al informe de la OEA, y lo hizo a través del Canciller dominicano, quien rechazó el informe y explicó que los dominicanos  “no necesitamos mediadores”. La actitud fue fuerte, pero los hechos no, y es que el gobierno dice una cosa y hace otra. 

Indudablemente que el problema haitiano nos agobia, nos quita tiempo para enfrentar otros problemas, nos hace lucir mal ante la Comunidad Internacional, nos hace ver como los malos aún siendo nosotros los buenos; y, lamentablemente, luego de analizar el equipo que rodea al presidente Danilo Medina, luego de analizar las decisiones que han tomado, estamos convencido que el gobierno dominicano  en vez de andar buscando una solución definitiva al problema haitiano, lamentablemente, tenemos la legítima sospecha que seguirá empeorando el ambiente de haitianización que se vive en RD.

Hoy es martes 3 de agosto de 2015 y hace apenas unos minutos, en las primeras horas de la mañana, en la comunidad del Dique, Pedernales, el destacamento de policías del Dique fue asaltado por una turba de haitianos donde sustrajeron las armas largas – los calibres de guerra-

El suceso se veía venir, era pronosticable, pero no podemos dejarlo pasar por alto, esto nos obliga a meditar que, el asalto al destacamento del Dique, es un franco mensaje de desafío a la autoridad dominicana, al gobierno, a Danilo Medina. Y pone de manifiesto, que no importa que tanto hagamos por ellos, al final, nos tratarán como sus enemigos.

Amigos lectores, indudablemente, el gobierno dominicano no ha enfrentado correctamente el problema haitiano, el entorno y las acciones que ha tomado lo confirman, sus palabras van en dirección contraria a los hechos, esto nos obliga a estar atentos, exigir el regreso a la soberanía nacional mediante la soberanía popular. Y esto es posible lograrlo, cuando el pueblo se unifica, dejando la política de lado y toma como prioridad, la defensa de su país. 

La presión ciudadana debe apuntar en varias direcciones:      

 Las grandes movilizaciones:

El gobierno debe sentir que el pueblo dominicano está indispuesto a dejar que se destruya la obra de Juan Pablo Duarte, Ramón Matías Mella, Francisco del Rosario Sánchez y Gregorio Luperon. Esto es posible si se programan una serie de manifestaciones de repudio a la mal llevada política migratoria del gobierno nacional. Estas movilizaciones deben incluir una gran movilización frente al Palacio Nacional, enviando un claro mensaje al gobierno, de que el pueblo dominicano no va a permitir que se destruya nuestra soberanía y nuestra nacionalidad  y nuestra identidad dominicana (Esas manifestaciones deben ser pacíficas y organizadas). 

 Pequeñas movilizaciones: 

A) Es necesaria la movilización de pequeños grupos, posiblemente cientos de ciudadanos, para que protesten frente a los hogares y canales de los dueños de los medios que se confirme que están parcializados a favor de los haitianos en franco detrimento del interés nacional.

B) Los periodistas que abiertamente utilizan sus espacios como comandos de propaganda haitiana, para tergiversar los hechos, a favor de los haitianos, deben ser identificados, saber donde viven, a qué hora llegan, y no excluirlos de una manifestación pacífica por lo menos una vez a la semana.. (Esas manifestaciones deben ser pacíficas y organizadas)

En resumen, el país debe movilizarse, debe exhibir su disgusto, debe mostrarse en desacuerdo con la política migratoria que lleva Danilo Medina, debe agarrarse de la soberanía popular para salvar a la República Dominicana.

Por: Sue Grullón Batista
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