República Dominicana le declara la guerra a Haití.
El 4 de marzo la Asamblea Constituyente de Haití
había autorizado al presidente Charles Hérald, a mandar personalmente las
fuerzas de tierra y de mar de la República Haitiana, las cuales debían
enfrentar los separatistas del lado Este de la isla, República Dominicana. Esa
decisión trajo como consecuencia las batallas del 19 de marzo en Azua y la del
30 del mismo mes en Santiago. La primera batalla se convirtió en el primer
enfrentamiento y la primera victoria de la República Dominicana contra Haití y
nuestras tropas estaban bajo el mando del Gral. Pedro Santana; la segunda
batalla estaba bajo el mando del Gral. José María Imbert.
Esos tres acontecimientos, mas el deseo de
separación y de nunca más volver a estar bajo dominio extranjero, lo que es
igual a ser un país libre e independiente de toda dominación extranjera, motivó
a la Junta Central Gubernativa Dominicana a emitir el decreto del 19 de abril
de 1844, que le declaraba la guerra al
gobierno haitiano.
El decreto que en sus considerando revelan el nivel
de atrocidad a que había llegado el gobierno haitiano para con el pueblo
dominicano, los abusos que cometieron contra conglomerados civiles e indefensos,
lo abusiva de sus decisiones, siempre en detrimento del pueblo Dominicano, mas,
ellos y su gobierno habían respondido
con ultrajes y vejaciones a la conducta
franca y generosa de nosotros para con ellos, donde le abrimos la puerta
a acomodamientos honrosos, tratándolo con la mayor filantropía, haciendo
respetar su persona y sus bienes. El decreto también revela que nosotros no
habíamos recibido ninguna notificación, y que nos sorprendía el hecho de que Haití empezara una guerra que
para nosotros era injusta y escandalosa.
Quedaba plasmado también que: “la declaración de
guerra al vecino país, estaba justificada en que los derechos de un invadido
son iguales a lo de su invasor; y que cuando un pueblo o nación niega a otro lo
que le pertenece, no le queda otro recurso al ofendido que apoyar su manifestación
con la fuerza; y como de los haitianos no debemos esperar otra justicia que la
que obtengamos con las armas en la mano, por la devastación, incendios pillajes
y que han ejercido en nuestros campos y poblados por donde han pasado” (1)
En resumen, esas fueron las consideraciones que
motivaron a la Junta Central Gubernativa a firmar el decreto que le declaraba
la guerra al gobierno haitiano, aunque hemos resumido el contenido de las 5 consideraciones, los cuatro artículos que completaban el decreto los compartiremos con ustedes, y la coletilla final del último considerando:
“…Por todos estos motivos hemos decretado lo
siguiente:
Art.1ro.
Declaramos solemnemente y en toda forma, guerra abierta por mar y por tierra a
la nación haitiana, como dañina y enemiga.
Autorizamos a todos nuestros conciudadanos y a los
que se unan a nosotros para hostilizarlos, y como injustos agresores ellos
serán responsables ante Dios de los males y horrores que trae consigo la
guerra. La sangre humana vertida, la disolución de las familias, la rapiña, la
violencia, la destrucción, los incendios, todo será obra suya y en consecuencia
de su criminal conducta.
Art.
2do. No habrá paz, ni transacción alguna de nuestra
parte, mientras el enemigo ocupe nuestro territorio, demarcado bajo sus
antiguos límites, y mientras no reconozca nuestros derechos, la separación que
hemos proclamado y que la República Dominicana es un estado libre y soberano.
Art.
3ro. La guerra será tal como se nos haga, regular e
irregular, resuelto todos a perecer primero que volver a soportar el pesado
yugo de un gobierno cruel, y no omitiremos todas las represalias que exijan las
circunstancias.
Art.
4to. Los Españoles Dominicanos que permanezcan con los haitianos, adheridos a su causa y que
sean cogidos con las armas en las manos, serán tratados lo mismo que si fuesen
haitianos y enemigos.
El presente decreto será impreso, publicado y
ejecutado en todo el territorio de la República Dominicana.
Santo Domingo 19 de abril de 1844 y 1ro de la
patria.- El presidente de la Junta.- Bobadilla.- El Vice-Presidente, - Manuel
Jiménez.- caminero-Echavarría- C. Moreno-Delorve-Valverde-J. P. Duarte.- El
Secretario de la Junta.- S. Pujol.”. (2)
Cuando leemos detenidamente los considerando y los
artículos del referido decreto, nos damos cuenta que aun en nuestra época las
quejas de nosotros para con ellos, siguen siendo casi las mismas y esto lo que
revela es, que el pueblo haitiano nunca podrá convivir en armonía con los
dominicanos, y es que los considerandos del 19 de abril de 1844 pudieran ser
los mismos reclamos de ahora, por lo cual la República Dominicana y Haití no
pueden llevar una relación armoniosa.
Haití es Haití, un pueblo que ha abusado de la confianza y de nuestro territorio, ha sido opresor y nunca oprimido, ha sido ayudado y no lo ha reconocido, y nosotros, la República Dominicana, nunca ha
violado su territorio, siempre lo hemos respetados, cuidado y socorrido, pero
lamentablemente, ellos nunca han querido reconocerlo, al contrario, siempre han
tratado hacernos daño.
No podemos dejar pasar por alto que, en la República
Dominicana siempre ha habido un bando traidor, enemigo del país y de los
dominicanos, ese bando traidor ha llegado a estar al frente del Estado Dominicano,
han hecho atrocidades contra el país, pero al final, la historia los ha
colocado en su justo lugar; y nosotros siempre hemos podido levantarnos.
¡Que viva la República Dominicana! ¡Que viva Juan
Pablo Duarte, su obra, su pensamiento, su conducta de hombre de bien y de
moralidad intachable! ¡Que vivan Sánchez y Mella! ¡y que viva Gregorio Luperón!
¡Que vivan los nuevos restauradores, porque los necesitaremos…!
Fragmento 1 y 2 del libro DUARTE COMO ES de la
autoría de Robert Enmanuel Espinal Luna
Op. Cit. Págs.63- 64. Y que este a su vez, fue tomado por el autor del libro
“Duarte Como Es” de la colección de
leyes y decretos… Op. Cit. Págs. 19-20-21.