Los miembros
del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) podían exhibir con orgullo las dos reformas a
la constitución en la que habían participado sus líderes. La primera, la de
1963, impulsada por el profesor Juan Bosch (maestro, guía y fundador del PLD) y
la segunda, la obra de uno de sus grandes discípulos, presidente del PLD y presidente de la
república en 3 ocasiones (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012), el doctor Leonel
Fernández Reina.
Esas dos reformas le permitían a los peledeistas
diferenciarse del espectro político dominicano, la primera nace fruto de una
necesidad de romper con lo establecido y la segunda es fruto del consenso con todas
las fuerzas vivas del país. Ambas
contaban con la legitimidad política de
cada época.
Esto sirvió
de motivación para que los peledeistas puedan mostrar con orgullo esas dos grandes
experiencias. La satisfacción se puede comprobar al ver como la exhiben ante el
mundo como parte de sus grandes logros (utilizando como plataforma el dialogo
semanal que pone en marcha la secretaria de la Juventud peledeista)
Aunque la suerte de la constitución dominicana ha sido tortuosa, ellos han podido
diferenciarse de los demás. Y es que la constitución dominicana ha sido
víctima de constante reformas (37 es el número exacto). Los líderes
dominicanos se han dejado llevar por la ambición de poder, el “clamor popular”,
impulsándolo a cometer el error de convertir nuestra carta magna en (un pedazo de papel).
El 26 de enero de 2010 fue proclamada la
constitución de Leonel, la del pueblo dominicano, esta que para muchos es la
obra más importante del Partido de la
Liberación Dominicana (promulgada por Leonel Fernández y que contó con
la estampa de la firma del Presidente y vicepresidente de la Asamblea Nacional
Revisora, dos destacados dirigentes del PLD, Reinaldo de las Mercedes Pared Pérez y Julio
Cesar Valentín) lo que revela, que esa constitución contó con el apoyo irrestricto
del partido que representan (PLD).
El 26 de enero se ha convertido en una fecha de doble
regocijo para los peledeistas, porque celebramos el natalicio de nuestro padre
fundador de la república, Juan Pablo Duarte, y recordamos con orgullo la
proclamación de la que a nuestro parecer es la obra más importante del Partido
de la Liberación Dominicana.
Comparto con
ustedes dos importantes párrafos del discurso de proclama de la nueva
constitución donde el doctor Leonel Fernández reina se dirigía al mundo desde
la excelsa Asamblea Nacional: “Esa
nueva Constitución, que postula el Estado de Derecho, la eliminación de
la arbitrariedad y el abuso de poder, la iniciativa popular en materia
legislativa, la garantía al pleno ejercicio de las prerrogativas individuales,
la equidad de género y la creación de un Tribunal Constitucional, constituye el
punto de partida de lo que debe ser el objetivo político fundamental de
la República Dominicana en el siglo XXI: la consolidación de la democracia, la
libertad y el desarrollo.”
Y más adelante agrego: “Hoy
ya tenemos esa nueva Constitución. Hela aquí. Es un nuevo texto del cual
debemos sentirnos profundamente orgullosos, porque a fin de cuentas es el
producto de la inteligencia colectiva del pueblo dominicano.”
Nadie podía imaginar
que 5 años después un sector del PLD, encabezado por Danilo Medina, iba a
conspirar contra la ley de leyes, la
Carta Magna; contra la obra más importante que hasta ahora ha creado el PLD,
nuestra nueva constitución.
Nuestra oposición no
es a que Danilo Medina presente un proyecto reeleccionista, al contrario,
sabemos que la actual constitución le permite presentar ese proyecto en las
elecciones del 2020, pero le imposibilita presentarse con miras a las
elecciones del 2016.
Por lo tanto, me
pregunto ¿Por qué el Comité Político del PLD impuso la presentación de un
proyecto de reforma constitucional, a sabiendas que aunque contemos con el
apoyo de todos los legisladores del partido, más los aliados, aun así, el PLD
no cuenta con los votos suficientes para aprobar dicha reforma?
¿Por qué proponer un
proyecto de reforma que coloque al presidente del partido, doctor Leonel
Fernández Reina y a sus seguidores en la encrucijada de: destruir lo que para
muchos es su obra más importante (la constitución dominicana) o la
confrontación con el sector que encabeza el compañero Danilo Medina, la de ser
coherente o incoherente?
¿Por qué apresurarse
e imponer, si lo habitual en el PLD son
las decisiones de consenso?
¿Por qué enfrentar al
PLD? ¿Por qué usted no habla compañero Danilo Medina? ¿Cuándo vamos a elegir el
candidato presidencial? ¿Cuándo vamos a elegir los demás candidatos a puestos
electivos?
Son muchas las
preguntas que quedan sin contestar. Y cuando eso sucede, todo queda en manos de
la imaginación, y cada quien es libre de pensar lo que quiera.
El PLD necesita de un
acuerdo que unifique. Pero ese acuerdo no puede estar sustentado en limitar a
ningún compañero, y mucho menos a tocar la actual constitución dominicana,
proclamada el 26 de enero de 2010.
De forma tal, que,
proponer un proyecto reeleccionista, es dar un golpe a la constitución.
Por:
Sue Grullon Batista.